Durante más de un cuarto de siglo Miguel Bosé y Nacho Palau mantuvieron una discreta y armoniosa relación de pareja que dio como fruto dos pares de mellizos nacidos por medio de madre subrogada.
Pero lejos de dejar memorias felices recorriendo el mundo con el exitoso cantante español, e escultor valenciano vive ahora las secuelas de la relación a la que ha calificado como "una pesadilla" al romper su silencio por primera vez y conceder una explosiva entrevista a una revista española para hablar de la guerra que estalló entre él y Bosé en octubre de 2018 y cuyo centro recae en la custodia de sus cuatro hijos.
La causa real por la cual su relación sentimental comenzó a resquebrajarse. "Mi relación con Miguel acabó como una historia de terror", afirmó Palau para explicar que Bosé empezó a "obsesionarse" por la seguridad de sus hijos biológicos: Diego y Tadeo —que actualmente viven en México con el cantante— y Telmo e Ivo, quienes permanecen al lado de él en España.
"Al principio no me importaba, pero luego me costaba más porque esa obsesión fue haciéndose más grande", explicó el artista plástico a la revista Diez Minutos asegurando que los niños casi no salían de casa. "Miguel imponía su criterio siempre, y cada vez lo hacía más".
La gota que derramó el vaso llegó en 2015, cuando Bosé decide fijar residencia en Panamá, llevándose a la familia consigo y que de acuerdo con Palau fue la razón que lo llevó a firmar un documento para regular los derechos de paternidad de la pareja. "Firmo ese documento porque siempre he firmado lo que Miguel me ha puesto delante sin asesoramiento", explicó con dejos de resentimiento.
Los cambios de residencia y situaciones de índole profesional —explicó Palau— le "agriaron el carácter" a su pareja. "Su comportamiento, su carácter y forma de ser, todo era tremendo". Ahí fue el principio del fin.
Cabe mencionar que hacia el 2017 Bosé decidió empacar maletas nuevamente, esta vez con rumbo a México, tras aparecer en la lista negra de morosos del fisco español, que le reclamaba una deuda superior a los $2 millones.
Entre tanta negrura un destello de luz ha trascendido, pues Palau reveló a la publicación que los cuatro chicos pudieron estar juntos en las pasadas Navidades.
Eso no aminora las penurias de lo que se acerca con el juicio de filiación de sus cuatro hijos, que inició en octubre de 2020 en España y que aún sigue pendiente.
Según Palau, él está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias jurídicas para lograr que los cuatro menores puedan reunirse y volver a vivir bajo un mismo techo.